En los más de treinta años de experiencia profesional hemos tocado diferentes campos de la arquitectura: desde obras de menor tamaño en nuestros inicios, reformas de locales y viviendas unifamiliares, que aún hoy continuamos haciendo, hasta edificios residenciales, comerciales y asistenciales en la actualidad.
Desde el principio de nuestra andadura profesional nos planteamos la necesidad de dar flexibilidad en nuestros servicios buscando la colaboración con profesionales externos. Esta manera de enfocar nuestro trabajo coordinando equipos multidisciplinares nos ha permitido ofrecer una respuesta adecuada en los distintos campos y materias del proceso arquitectónico, desde el asesoramiento inicial para la toma de decisiones previas, el proceso de diseño y ejecución del edificio hasta el final de la obra.
El trabajo de B15 está enfocado al diseño de edificios de arquitectura y urbanismo en el sentido más amplio.
En la situación actual de nuestra profesión, es necesario ofrecer a los clientes un servicio exhaustivo del proceso de edificación, no sólo en la obra civil, también hoy y cada vez con mayor importancia en la búsqueda de soluciones equilibradas en los ámbitos de confort, comunicaciones y sobre todo, de eficiencia energética de los edificios.
Para nosotros, la elaboración del proceso arquitectónico es un viaje constante de ida y vuelta entre las necesidades que nos plantea el cliente y la evolución de las respuestas al programa que se van interrelacionando con los requisitos propios de la función.
Pero esta búsqueda de respuestas no puede quedar limitada al hecho programático, que siendo imprescindible como base del desarrollo lógico del diseño y sirviendo de apoyo constante en el proceso de elaboración geométrico y constructivo, se tiene que complementar con las exigencias personales, imprescindibles para su evolución, y que acompañan a las soluciones formales en la búsqueda de la belleza y la riqueza espacial.
En B15 siempre hemos tenido en consideración esta filosofía de trabajo para que nuestra arquitectura tenga presente que las respuestas que llevan a una solución formal deben ser el resultado de un análisis profundo de las exigencias y del entorno, sin olvidar que para canalizar todo ello es imprescindible la utilización de una tecnología acorde con las necesidades funcionales y medioambientales.
En estos años parece que, en gran medida, se ha olvidado esta manera de hacer inclinando la balanza hacia la búsqueda a priori de la forma como un fin en sí mismo.
Hoy, más que nunca, en la elaboración de los proyectos, es necesario buscar soluciones de equilibrio entre las necesidades funcionales, las posibilidades económicas y los recursos destinados a la mejora de la eficiencia energética de los edificios.